Test
de la Figura Humana
1-
Introducción
El dibujo de la Figura
Humana pertenece al conjunto de las denominadas técnicas proyectivas en las que
la persona no tan sólo se limita a efectuar un simple dibujo sino que se espera
que plasme de forma indirecta, la esencia de su propia personalidad.
También podemos hipotetizar,
según los elementos y características del dibujo, acerca de sus capacidades y
competencias cognitivas e intelectuales.
2-
El Dibujo de la Figura Humana según E.M.Koppitz
a) Datos iniciales
Según la autora, este test puede
aplicarse de forma colectiva o a nivel individual, si bien, se reconoce la
ventaja de efectuarlo individualmente ya que permite la observación directa del
niño durante la ejecución del dibujo y aportarnos información adicional.
La prueba se ha baremado
para niños de entre 5 y 12 años, pudiéndose obtener, a partir de su análisis,
un nivel general de madurez mental (CI), así como posibles indicadores
emocionales.
Los resultados del CI
obtenidos mediante esta prueba correlacionan, según afirman sus autores, con
las pruebas WISC entre un 0,60 y 0,80 (según subtest) y si bien no pueden
sustituir a éstas, sí que pueden ser útiles a la hora de discriminar a niños
con posibles deficiencias (screening) y, por tanto, susceptibles de evaluar con
mayor detalle.
b) Sus bases: ítems
esperados y excepcionales
Para poder asumir una
puntuación objetiva, la autora efectuó un análisis pormenorizado de las
características de los dibujos de la figura humana estudiando la presencia de
diferentes elementos según la edad y sexo del niño en una muestra de 1.856
sujetos.
Para ello diseccionó la
figura humana en sus diferentes elementos, en total 30 (cabeza, ojos, nariz,
piernas, brazos, etc...). A estos elementos los denominó ítems evolutivos. Se
trata (en palabras de la autora) de ítems que se dan sólo en relativamente
pocos DFH de niños ubicados en un nivel de edad menor, y que luego aumenta en
frecuencia de ocurrencia a medida que aumenta la edad de los niños hasta
convertirse en una característica regular de muchos o de la mayoría de los DFH
de un nivel de edad dado.
Estos ítems evolutivos se
podían clasificar, dentro de cada grupo de edad, en lo que la autora denominó
ítems esperados, comunes, bastante comunes y excepcionales.
Los ítems esperados son
aquellos elementos que aparecen en un porcentaje entre el 80 y 90%
aproximadamente de la muestra y, por tanto, son ítems que están consolidados a
cierta edad. Su ausencia puede indicar retraso madurativo.
Los items comunes y bastante
comunes tienen una probabilidad de aparición media (entre 20 y 80%
aproximadamente) y, finalmente, los ítems excepcionales comprenden a aquellos
de muy baja presencia a una determinada edad (normalmente inferior al 15% de la
muestra).
Por ejemplo, en el grupo de
niños de 5 años los ojos aparecen en un 98% de la muestra (ítem esperado),
mientras que las pupilas de los ojos sólo lo hacen en el 11% de la misma (ítem
excepcional).
Describiendo los distintos
ítems esperados y excepcionales a través de cada edad y teniendo en cuenta si
se trata de un niño o una niña, la autora consiguió crear una tabla de
puntuación objetiva que podía aportar datos bastante fiables acerca de la
maduración cognitiva del niño (C.I.) e incluso detectar posibles problemas
emocionales.
c) Aplicación e
instrucciones
Se sienta al niño frente a
una mesa o escritorio vacío y se le presenta una hoja de papel en blanco con un
lápiz del nº 2. Luego el evaluador le dice al niño: “Quiero que en esta hoja me
dibujes una persona ENTERA. Puede ser cualquier clase de persona que quieras dibujar,
siempre que sea una persona completa y no una caricatura o una figura hecha con
palos o rallas.”
Con estas últimas
instrucciones lo que se pretende es evitar es que, en especial los niños
mayores o más inteligentes, dibujen dibujos estereotipados a algunos de sus héroes
televisivos o de ficción.
-No hay tiempo límite para
esta prueba. Por lo general no dura más de 10 minutos.
-El niño es libre de borrar,
rectificar o cambiar su dibujo durante la ejecución.
La autora, además, sugiere a
partir de su larga experiencia, tres principios básicos a tener en cuenta a la
hora de analizar el DFH de niños dentro del rango de edad de 5 a 12 años:
1º) COMO dibuja la figura,
sin tener en cuenta a quien dibuja, refleja el concepto que el niño tiene de
sí.
La manera en que el dibujo
está hecho y los signos y símbolos empleados, revelan el retrato interior del
niño y muestran su actitud hacia sí mismo.
2º) A QUIEN dibuja, es a la
persona de mayor interés e importancia para el niño en el momento de realizar
el dibujo.
En la mayoría de casos, los
niños se dibujarán a sí mismos, pues obviamente nadie es de mayor importancia
para un niño que él mismo. Normalmente, cuando esto sucede, suelen hacerlo de
forma bastante realista, no obstante, en ocasiones, algunos niños están tan
descontentos consigo mismo que distorsionan las imágenes hasta el punto que
guarda poca similitud con su apariencia real.
En ocasiones pueden dibujar
personas con las que están en conflicto o sencillamente elegir otras personas
antes que él mismo lo que puede indicar cierta desvalorización o poca
autoestima.
3º) LO QUE el niño está
diciendo en su DFH puede presentar dos aspectos; ser una expresión de sus
actitudes y conflictos, o ser un deseo, o ambas cosas a la vez.
-Si un niño describe la
persona que dibujó, entonces la descripción se refiere a la persona dibujada;
es decir, si se dibujó a sí mismo, la historia se refiere a él.
-Si un niño cuenta una
historia espontánea sobre su DFH, entonces el contenido de la historia
representa un deseo.
Señalar finalmente que
Koppitz, a diferencia de otros autores, no interpreta el plano gráfico, rasgos
del trazo o ubicación espacial del dibujo (centrado, superior...).
d) Sistema de puntuación
Para efectuar la puntuación
del Test de la Figura Humana, según la norma Koppitz, hay que utilizar la tabla
que se adjunta a continuación (pulsar sobre tabla para abrir como hoja de
cálculo en excel [39 KB] . También disponible en word [85 KB] ).
En esta tabla se detallan
los ítems esperados (casillas en blanco) y excepcionales (casillas en verde)
para cada edad y sexo.
Hay que seguir las
instrucciones que se acompañan en el lateral de la tabla. La hoja ofrece el
resultado final de la puntuación. Sólo hay que introducir la puntuación
correspondiente en cada ítem (-1, 0, o +1), ver el total y confrontar con la
tabla de resultados.
Instrucciones generales de
puntuación:
Los ítems esperados si están
presentes no puntúan (puntuación = 0), en caso de no presentarse se puntúa con
–1 punto. Por su parte los ítems excepcionales sólo se puntúan si están
presentes con + 1. Si están ausentes no reciben puntuación ni positiva ni negativa.
Hay que sumar a las dos
puntuaciones (esperados + excepcionales) la cantidad de 5. Esto se lleva a cabo
para evitar puntuaciones negativas.
Finalmente se contrasta la
puntuación total obtenida con la tabla siguiente para determinar el nivel de
maduración mental y obtener el C.I.
Puntuación:
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Nivel de Capacidad Mental
(C.I.)
|
0 a 1
|
Mentalmente retardado (o
graves problemas emocionales)
|
2
|
Límite- Borderline (60-80)
|
3
|
Normal bajo (70-90)
|
4
|
Normal bajo a Normal
(80-110)
|
5
|
Normal a normal-alto
(85-120)
|
6
|
Normal a superior (90-130)
|
7 u 8
|
Normal alto a superior
(>110)
|
3- Indicadores emocionales
del DFH.
1-Integración pobre
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Hace referencia a una
dificultad manifiesta en agrupar debidamente las diferentes partes del
dibujo. El dibujo tiene uno o más elementos separados (no se unen al resto
del dibujo). Es un factor muy presente en los niños más pequeños o inmaduros.
No tiene validez antes de los 7 años en niños y en 6 en niñas. A partir de
esta edad el indicador se da en pacientes clínicos, agresivos y, en general
alumnos con problemas. No aparece en alumnos bien adaptados o con buen
rendimiento académico. Es, por tanto, un indicador de inmadurez (en especial
en niños mayores), pobre coordinación e impulsividad.
|
2-El Sombreado
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Según diferentes expertos
se trata de un indicador de ansiedad y angustia. El grado de
sombreado correlacionaría con la intensidad de la angustia del niño. No
obstante, el sombreado, es habitual en niños pequeños y en esta población no
sería indicador de problema psicopatológico.
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|
Sombreado de cara. Es
bastante inusual en cualquier nivel de edad, por tanto, es un indicador
emocional válido para todos los niños entre 5 y 12 años cuando aparece en el
dibujo. En el caso de que el sombreado es muy denso hasta el punto de que
cubre los rasgos faciales se asocia a niños con problemas de conducta,
agresividad o seriamente perturbados. Cuando el sombreado es parcial (afecta
sólo a una parte de la cara) parece reflejar ansiedades específicas referidas
a los elementos que han sido sombreados o a sus funciones.
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Sombreado del cuerpo y/o
extremidades. Es común en las niñas hasta los 7 años y en
los varones hasta los 8. No es un indicador válido hasto los 8 o 9 años
respectivamente. El sombreado del cuerpo indicaría ansiedad por el mismo.
Áreas de preocupación por alguna actividad real o fantaseada, pero no es
posible diferenciar la causa (brazos: robar, agresividad, masturbación.
Piernas: por el crecimiento físico, la talla, la sexualidad).
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Sombreado de las manos y/o
cuello. No es válido antes de los 8 años en varones
y de 7 en niñas. Preocupación por alguna actividad real o fantaseada con las
manos. Problemas emocionales, timidez o agresividad, robo. Respecto al cuello:
esfuerzos por controlar sus impulsos, alternancia de conductas impulsivas y
de retraimiento.
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3-Asimetría de las
extremidades
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Muy presente en niños
agresivos, sujetos con lesión cerebral, alumnos de educación especial. No
presente en buenos alumnos o en niños tímidos. En algunos casos puede deberse
a torpeza motriz, escasa coordinación viso-motora o a una lateralidad
contrariada o cruzada.
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4-Inclinación de la figura
en 15 o más grados
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Su presencia es
significativamente superior en población clínica, alumnos de educación
especial o con problemas de aprendizaje diversos frente a alumnos bien
adaptados. Se da tanto en niños tímidos como en aquellos que presentan
conductas disruptivas. Por tanto, esta característica no es buen
discriminador entre el grupo de tímidos y el de conductuales. Se supone que
es más bien un indicador de inestabilidad y falta de equilibrio
general. En los dibujos infantiles se asocia a sistema nervioso
inestable y personalidad lábil.
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5-Figura pequeña
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Se manifiesta con mayor
frecuencia en población clínica, niños de educación especial y en los niños
tímidos (internalizantes) en población
general. Es muy rara esta característica en niños agresivos, violentos,
con problemas
de conducta (externalizantes). Se trata de un
buen indicador emocional que expresa inseguridad, retraimiento, en ocasiones,
también depresión. En general, las figuras pequeñas, son muestra de
inadecuación, yo inhibido y preocupación por las relaciones con el ambiente
exterior (según algunos autores como Machover).
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6-Figura grande
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Se considera grande una
figura de tamaño superior a 23 cms. Ocurre frecuentemente en niños pequeños.
No adquiere significación clínica hasta los 8 años (en ambos sexos). Las
figuras grandes, contrariamente a las pequeñas expuestas anteriormente, se
asocian con conductas expansivas, de tipo impulsivo, con poco autocontrol,
también inmadurez. En niños mayores e incluso adultos puede ser un rasgo de
narcisismo e ideaciones paranoides.
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7-Transparencias
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En los estudios de la
autora se detectaron dos tipos de transparencias. Un primer tipo era
efectuado por algunos niños siguiendo el patrón de dibujar primero un esquema
básico de la persona (a forma de esqueleto) para irlo después vistiendo. Un
segundo grupo, dibujaba normalmente la figura pero después se concentraban en
una parte concreta para efectuar la transparencia (por ejemplo dibujar el
estómago, órganos sexuales u otros). Este segundo tipo de transparencia es
similar al sombreado. Indica ansiedad y preocupación por la región particular
del cuerpo revelada por la transparencia. Por lo general, las transparencias
aparecen con mayor frecuencia en población patológica que en población
general. Es igualmente más frecuente en niños con inmadurez, impulsividad y conductas
disruptivas que en niños tímidos o con dolencias psicosomáticas. De todas
formas la autora afirma categóricamente que las transparencias de áreas
corporales específicas no son normales en los DFH de los niños en edad
escolar. Generalmente indican angustia, conflicto o miedo agudo, por lo común
con respecto a lo sexual, el nacimiento o mutilación corporal. Muchos de los
niños que pintan estas transparencias están de hecho solicitándonos
información que los tranquilice respecto a sus impulsos o experiencias.
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b) Indicadores específicos
1-Cabeza pequeña
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Parece estar más presente
en población clínica que en la general. La autora lo relaciona con
sentimientos intensos de inadecuación intelectual, no compartiendo la
explicación (al menos en niños) de Machover respecto a ser un indicador de
tendencias obsesivo-compulsivas que pretenden ignorar el control de su
cerebro.
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2-Ojos bizcos
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Se manifestarían con mayor
frecuencia en niños con hostilidad hacia los demás y el dibujo se
interpretaría como reflejo de ira y rebeldía.
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3-Dientes
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Esta característica se
encuentra en todos los grupos a excepción del tímido. Pese a que no puede
considerarse un signo de psicopatología serio, sí está bien definido que su
presencia está mayoritariamente extendida en el grupo de niños
manifiestamente agresivos. De todas formas, la presencia de dientes, por sí
sólo, en el protocolo, no puede considerarse como síntoma inequívoco de
perturbación emocional y ésta posibilidad deberá valorarse conjuntamente con
la presencia de otros indicadores en el dibujo.
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4-Brazos cortos (no llegan
cintura)
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Este indicador refleja
básicamente una tendencia al retraimiento con dificultades para abrirse al
exterior y con las otras personas. Aunque aparecieron con mayor frecuencia en
población clínica, está presente también en niños adaptados pero con
problemas de retraimiento, encerrase en sí mismo o inhibición de impulsos.
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5-Brazos largos (llegan a
las rodillas)
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Se dan con mayor
frecuencia en niños manifiestamente agresivos que en niños bien adaptados. No
se da en niños tímidos. Por tanto, este indicador se asocia a una relación
agresiva con el entorno. Otra conclusión es que los brazos largos en el DFH
están asociados con la conexión de los demás en contraste con la tendencia al
retraimiento que revelan los brazos cortos.
|
6-Brazos pegados en el
cuerpo
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Parece que los brazos
pegados al cuerpo reflejan un control interno bastante rígido y una
dificultad de conectarse con los demás. Tendencia a la reserva o
introversión. En pacientes adultos podría estar relacionado con pacientes
paranoides o esquizofrénicos y la necesidad de defensa ante los ataques del
ambiente externo.
|
7- Manos grandes
|
Las manos grandes, según
estudio de la autora, se encontró con mayor frecuencia en niños del ámbito de
las necesidades educativas especiales y en aquellos que se mostraban
abiertamente agresivos. Ningún niño tímido había pintado las manos grandes.
Otros estudios revelan conducta compensadora de sentimientos de inadecuación,
insuficiencia manipuladora y/o dificultad para establecer contacto con otros.
|
8- Manos seccionadas
(brazos sin manos ni dedos)
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Más frecuente en población
clínica, lesionados cerebrales y alumnos de educación especial. También se da
una mayor frecuencia en niños tímidos respecto a los agresivos. En consecuencia,
parece que este signo refleja sentimientos de inadecuación o de culpa por no
poder actuar correctamente o incapacidad para hacerlo.
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9- Piernas juntas
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Se encontró más
frecuentemente en población clínica y en niños con afecciones psicosomáticas.
Un estudio de este indicador emocional concluyó que puede interpretarse como
un signo de tensión en el niño, y un rígido intento por parte del mismo de
controlar sus propios impulsos sexuales o su temor de sufrir un ataque de
este tipo. Algunas niñas abusadas presentaban en sus dibujos esta
característica. En figuras de adultos, las piernas cerradas, se asocian a
rigidez, control frágil y rechazo de la aproximación sexual de otros.
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10- Figuras grotescas
(monstruos, payasos u otros)
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El dibujo de monstruos o
figuras grotescas no parece estar asociado con ningún tipo de conducta
específico, sino que más bien refleja sentimientos de intensa inadecuación, y
un muy pobre concepto de sí mismo. Los niños que dibujan payasos o vagabundos
pueden auto considerarse como individuos ridículos de los que los demás se
ríen no siendo aceptados por los otros. A pesar de que la aparición de estas
figuras puede explicarse parcialmente por vivencias recientes del niño
(visitar un circo) se hipotetiza que el niño decide representar precisamente
aquellas relacionadas con temas que le preocupan.
|
11- Más de dos figuras
representadas
|
El dibujo espontáneo de
tres o más figuras se dieron significativamente más a menudo en los dibujos
de estudiantes de bajo rendimiento y en niños con necesidades educativas
especiales que en población general.
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12- Nubes, lluvia, nieve
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Mayoritariamente
aparecieron en dibujos de pacientes clínicos y en alumnos escasamente
adaptados. Las nubes se encontraron especialmente en niños muy ansiosos y con
dolencias psicosomáticas. En ningún caso se encontró en niños agresivos.
Parece ser que las nubes son pintadas por niños que no se atreven a pegar a
otros y que en cambio dirigen la agresión en contra de sí mismos.
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c) Indicadores por omisión
elementos corporales:
1- Omisión de la nariz
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Las conclusiones apuntan a
que este indicador se asocia a conducta tímida y retraída con ausencia de
agresividad manifiesta. También con escaso interés social.
|
2- Omisión de la boca
|
La omisión de este rasgo
es siempre clínicamente significativa. Refleja sentimientos de angustia,
inseguridad y retraimiento, inclusive resistencia pasiva. Este indicador
emocional revela o la incapacidad del sujeto o su rechazo a comunicarse con
los demás. Los historiales de los niños que omitieron la boca mostraron una
alta incidencia de miedo, angustia, perfeccionismo y depresión.
|
3- Omisión del cuerpo
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Se da más frecuentemente
en alumnos con necesidades educativas especiales, problemas de aprendizaje o
lesionados cerebrales. La omisión del cuerpo es habitual en los niños más
pequeños, no obstante puede ser un signo de la presencia de psicopatología en
la etapa escolar. Se hipotetiza, en este último caso, que pueden darse
factores de inmadurez, retraso o daño neurológico, pero también pueden darse
por perturbación emocional.
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4- Omisión de los brazos
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La omisión de los brazos
refleja ansiedad y culpa por conductas sociales inaceptables que implican los
brazos o las manos. Otros estudios (Machover y Levy) lo asocian a depresión y
retracción de la gente y del mundo de los objetos. Este último hallazgo no
fue confirmado por el estudio de Koppitz.
|
5- Omisión de piernas
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Su ausencia es
extremadamente rara incluso en niños pequeños. Se trata de uno de los
primeros elementos que reproduce el niño ya en la etapa preescolar. Tienden a
aparecer en la secuencia evolutiva del dibujo después de la cabeza y los
ojos, aún antes de que empiece a dibujar el cuerpo y los brazos. Por tanto,
su ausencia, no sería nunca accidental sino que podría indicar conflicto en
esta área o un trastorno emocional con intensa angustia e inseguridad.
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6- Omisión de los pies
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Este indicador no es
significativo hasta los 7 años en las niñas y 9 en los varones. Parece, según
el estudio, que no está asociado con ningún tipo específico de conducta o
síntoma. No obstante, sí parece reflejar un sentimiento general de
inseguridad y desvalimiento.
|
7- Omisión del cuello
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No válido hasta los 9 años
para niñas y 10 para los varones. A partir de esa edad, se dio significativamente
más a menudo en los dibujos de pacientes clínicos, lesionados cerebrales y
niños con conductas disruptivas. Ninguno de los niños bien adaptados ni los
que tenían enfermedades psicosomáticas omitieron este rasgo en la figura
humana.
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d) Otros indicadores
emocionales no validados
1- Cabeza grande
|
Parece ser que puede tener
diferentes interpretaciones. La cabeza grande es común en los dibujos de los
más pequeños. A partir de la etapa escolar se asocia con esfuerzo
intelectual, inmadurez, agresión, retardo mental, migraña o preocupación por
el rendimiento escolar. Parece, pues, que podría reflejar inquietud por algún
aspecto acerca de la adecuación y funcionamiento mental pero no es posible en
base a esta prueba determinar cual de ellos está implicado.
|
2- Ojos vacios u ojos que
no ven
|
Por una parte han sido
descritos como signo normal en los dibujos infantiles y por otra han sido
asociados con sentimientos de culpa, vaga percepción del mundo, inmadurez
emocional, egocentrismo, dependencia, vouyerismo. Es posible que la
interpretación de este indicador sólo pueda efectuarse en población adulta,
siendo más controvertida su explicación en niños.
|
3- Mirada de reojo
|
Se ha sostenido que la
mirada de reojo en el dibujo de la figura humana es un indicio de suspicacia
y tendencias paranoides. Su frecuencia de aparición aumenta con la edad (10,
11, 12 años) dándose tanto en población clínica como normal. Otras
explicaciones apuntan a timidez, temor al mundo exterior, pero también,
habilidad para dibujar. Se ha observado que los niños más inteligentes
dibujan más a menudo miradas de soslayo. El análisis de este indicador debe
ser, pues, interpretado en el contexto del dibujo total más que como rasgo
independiente.
|
4- Manos ocultas
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Se han asociado con
dificultad en el contacto, evasividad, sentimientos de culpa, necesidad de
controlar la agresión y rechazo a afrontar una situación (pasividad). Del
estudio se desprende que algunos niños ante la dificultad que supone dibujar
una mano preferían eludir la tarea ocultando las manos detrás de la figura,
cubriéndolas con otro objeto o colocándolas en los bolsillos. Tal conducta no
puede ser considerada patológica sino más bien revela un buen juicio. De
todas formas, se aconseja interpretar este indicador emocional en base a la
presencia o no de otros indicadores emocionales validados (sombreado,
dientes...).
|
5- Figura interrumpida en
el borde
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La conclusión en el
estudio de Koppitz de este indicador no aporta ningún denominador común. Los
historiales de los niños que lo presentaron mostraban una gran variedad de
problemas y síntomas conductuales. También abarcaban niveles de edad, de C.I.
y calificaciones de rendimiento escolar muy variados. Parecería que el
significado de la figura cortada depende, por lo menos hasta cierto punto, de
cuál parte de la figura ha sido seccionada. Así, el corte de las piernas
enteras parece reflejar inseguridad, falta de base o de apoyo seguro.
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6- La línea de base o
suelo
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Por lo general se
relaciona con necesidad de apoyo, inseguridad o necesidad de un punto de
referencia. Estas hipótesis pueden ser ciertas pero, tal como apunta la
autora, los niños pequeños viven en un mundo de "grandes" y
dominantes (en función de su edad y tamaño) y es normal que necesiten apoyos.
Las líneas de base se han encontrado en diferentes edades tanto en niños como
en adultos y no puede considerarse un indicador clínicamente significativo de
perturbación emocional.
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7- El Sol o la Luna
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Han sido asociados con
amor y apoyo parental y con la existencia de una autoridad adulta
controladora. Estas dos actitudes parentales no son, por supuesto, mutuamente
excluyentes. Más niños bien adaptados que pacientes clínicos dibujaron soles
en sus dibujos.
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8- Las líneas fragmentadas
o rotas
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Se han asociado con temor,
inseguridad, sentimientos de inadecuación, ansiedad, terquedad y negativismo.
Parece habitual el incremento regular de las líneas fragmentadas con el
aumento de la edad. Se podría argüir que los preadolescentes como grupo
tienden a ser inseguros y ansiosos, y que esto se refleja en el empleo de
trazos interrumpidos en sus dibujos.
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