jueves, 5 de junio de 2014

Test Autoevaluativo Multifactorial de Adaptación Infantil –TAMAI


INTRODUCCIÓN

La definición de la alteración psicopatológica en la infancia y la adolescencia se encuentra con una serie de dificultades. Por un lado, es difícil establecer el límite entre lo normal y lo patológico. La complejidad del tema viene dada porque el niño y el adolescente es un ser en desarrollo, en el que las fases madurativas crean situaciones conflictivas que es preciso entender recurriendo a las manifestaciones de síntomas; y por otro lado, las alteraciones infantiles no constituyen, por sí solas, una enfermedad con entidad propia, puesto que pueden suceder en niños y adolescentes con funcionamiento normal. Así pues, la presencia de sintomatología no es suficiente para establecer un diagnóstico de patología, debido a que el síntoma forma parte de su proceso de desarrollo.

La variabilidad en las cifras de alteraciones psicopatológicas en esta edad según distintos estudios oscilan del 1,5% al 30%. Tales discrepancias se derivan de las dificultades de aplicación de conceptos epidemiológicos generales en el campo de la psiquiatría infanto-juvenil. En este sentido, encontramos a) problemas de índole conceptual, dado que existen importantes limitaciones debido a la carencia de definiciones aceptadas, en parte atribuibles a la propia naturaleza de las alteraciones y b) problemas de índole metodológico, con dificultades debido al diseño de los estudios para alcanzar relaciones causa-efecto entre psicopatología y las distintas variables estudiadas, la gran disparidad de instrumentos estandarizados utilizados en las distintas investigaciones, la importante variabilidad determinadas por las fuentes de información o la escasa representatividad de las muestras estudiadas.

Sin embargo, en determinados entornos, p. ej. el escolar, son útiles instrumentos que evalúen con un bajo coste (autoaplicados y con poco tiempo de cumplimentación) aspectos de adaptación socio-familiar y escolar que naturalmente influyen y determinan el grado de éxito en el proceso educativo y socializador. Esta adaptación socio-familiar y escolar puede estar afectada por alteraciones psicopatológicas que requieran intervenciones específicas para su mejor diagnóstico y mejoría. La pregunta fundamental a esta situación es: ¿instrumentos generales que evalúan el grado de adaptación socio-familiar y escolar de niños y adolescentes, son capaces de reflejar la existencia de posibles alteraciones psicopatológicas en estos grupos de edad?

Con el objetivo de contestar esta pregunta y dentro de una investigación más amplia, de la que se pueden consultar resultados y aspectos metodológicos generales en trabajos previos2, 3, se estudia la correlación de las distintas subescalas de un instrumento general de adaptación infanto-juvenil, el Test Autoevaluativo Multifactorial de Adaptación Infantil (TAMAI)4, con distintos instrumentos de evaluación psicopatológica y conductual estandarizados y adecuados a esta edad.

MATERIAL Y MÉTODOS

Este trabajo forma parte de una investigación con un diseño de estudio piloto transversal de casos y controles sobre aspectos psicosociales de niños y adolescentes con diabetes mellitus tipo 1. La muestra de casos estuvo compuesta por todos los pacientes atendidos de forma ambulatoria en la única Unidad de Endocrinología Pediátrica de la Comunidad Autónoma de Cantabria que cumplieron los criterios de inclusión/exclusión del estudio (n = 81). Como grupo control, se utilizó una muestra de 162 niños y adolescentes sanos elegidos aleatoriamente entre colegios públicos y privados concertados de Cantabria que autorizaron la realización del estudio y con una distribución rural/urbana similar al grupo de casos.

De todos los aspectos evaluados en esta investigación, con vistas al presente trabajo se consideraron únicamente, además del TAMAI, aquellos instrumentos estructurados de recogida de información psicopatológica y conductual: depresión, ansiedad y alteraciones conductuales. Dado que no se encontraron diferencias estadísticamente significativas de interés entre casos y controles en estas variables2, hemos considerado una única población suma de los casos y controles (n = 243).

El Test Autoevaluativo Multifactorial de Adaptación Infantil (TAMAI)4 es una prueba autoaplicada de forma individual y/o colectiva para niños y adolescentes entre 8 y 18 años. Consta de 175 proposiciones a las que hay que responder afirmativa o negativamente.

El TAMAI es una autoevaluación de la Inadaptación Personal, Social, Escolar, Familiar y de las Actitudes Educadoras de los Padres, comprendiendo diferentes factores en cada una de estas áreas. Incluye asimismo dos escalas auxiliares de «fiabilidad», o del estilo de realización de la prueba.



En una investigación como la planteada, es sumamente importante la aplicación de un instrumento sencillo de diagnóstico que aporte datos suficientes sobre las valoraciones, actitudes y comportamiento que los niños y adolescentes tienen respecto a sí mismos, a la relación social, al ámbito escolar y familiar, así como su apreciación sobre las actitudes educadoras parentales.

Esta prueba, tiene en cuenta las distintas áreas de adaptación señaladas y, gracias al análisis de correspondencia y clasificación automática de clusters, permite obtener una información progresivamente «desmenuzada» hasta el nivel que se desee. Esto significa, que el dato más genérico sería de un factor general de inadaptación, o bien, conocer el factor general de inadaptación de un área determinada, como puede ser el social, pero, dentro de ésta, también se pueden conocer otros factores complejos de que se compone, como pudieran ser los aspectos de descontrol y restricción en la relación social.

Con los distintos resultados obtenidos, se logra considerar al niño y al adolescente desde una perspectiva funcional e integral. Este enfoque es un modo de valorar, educativamente, la adaptación. Pero no solo la adaptación social o escolar, sino la propia adaptación personal.

La estructura factorial de la prueba es diferente según los distintos niveles. Éstos se estructuran de la siguiente forma:
Nivel I: corresponde a 3.o, 4.o y 5.o de E.G.B. ó 3.o, 4.o y 5.o de E.P. (Educación Primaria).
Nivel II: corresponde a 6.o, 7.o y 8.o de E.G.B. ó 6.o de E.P. y 1.o y 2.o de E.S.O. (Educación Secundaria Obligatoria).
Nivel III: alumnos de 1.o, 2.o y 3.o de B.U. P. y C.O.U. ó 3.o y 4.o de E.S.O. y 1.o y 2.o de Bachillerato.
Tal estructuración determina la división de nuestra muestra en 3 subpoblaciones con los rangos de edad y escolarización correspondientes.





Todos estos niveles se clasifican en subfactores:

·         Inadaptación personal.
·         Inadaptación escolar.
·         Inadaptación social.
·         Insatisfacción con el ambiente familiar.
·         Insatisfacción con los hermanos.
·         Educación adecuada del padre.
·         Estilo educativo de la madre.
·         Discrepancia educativa.
·         Pro-imagen (criterio de fiabilidad basado en la distorsión de los resultados).
·         Contradicciones (criterio de fiabilidad basado en las respuestas contradictorias).

La puntuación de los subfactores se realiza mediante una escala semicuantitativa con puntuaciones de 1 a 7 que se corresponde con los siguientes niveles y percentiles: 1: Muy Bajo (Pc 1-5); 2: Bajo (Pc 6-20); 3: Casi Bajo (Pc 21-40); 4: Medio (Pc 41-60); 5: Casi Alto (Pc 61-80); 6: Alto (Pc 81-95); 7: Muy Alto (Pc 96-99).

Evaluación de sintomatología depresiva: Para adolescentes de 17 y 18 años se utilizó el «Inventario de la depresión de Beck»5. Para menores de 17 años, se ha utilizado el Cuestionario Español de Depresión Infantil (CEDI)6 en sus versiones para niños de 5 a 10 años y de 11 a 16 años. En todos los casos, los autores de las adaptaciones al castellano establecen puntos de corte para diferenciar entre nivel de sintomatología depresiva leve, moderado y grave, de forma que los resultados son totalmente comparables entre grupos de edad.

l Evaluación de la sintomatología ansiosa: Se aplicaron el STAI, Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo7, para mayores de 15 años y el STAIC, Cuestionario de Autoevaluación Estado/Rasgo en niños, derivado del anterior y de los mismos autores para menores de 15 años8. Estos instrumentos miden la Ansiedad-Estado; es decir, cómo se siente el niño o adolescente en un momento determinado, y la Ansiedad-Rasgo, mediante la que se identifican rasgos persistentes de ansiedad. Se establecen puntos de corte que definen la existencia de ansiedad patológica (percentiles por encima del 70), lo que permite la comparación de datos entre distintas edades.

Como Escala de comportamiento y funcionamiento social, el «Child Behaviour Checklis» (CBCL) de Achenbach9. Este es un cuestionario para padres, diseñado para obtener de manera estandarizada, una descripción del comportamiento del niño y de una amplia variedad de competencias sociales. Se utilizaron únicamente las escalas de puntuaciones totales, de síntomas internalizados y de síntomas externalizados.

El CBCL por cuestiones de índole metodológica y de posibles sesgos en las respuestas, únicamente fue cumplimentado por los padres de los sujetos con diabetes mellitus. Las puntuaciones de los mismos, no resultaron tampoco diferentes de aquellas encontradas en otros estudios en población general2. Sin embargo, este hecho determina un menor tamaño de la muestra que en los análisis estadísticos puede producir un elevado y no controlado valor del error b.

Se definió la variable de «probable caso psiquiátrico» en aquellos individuos con antecedentes personales de diagnóstico psiquiátrico o que puntuaran por encima del punto de corte en las escalas de depresión o que presentaron un percentil mayor del 70 en las de ansiedad.

RESULTADOS
La muestra estudiada estuvo compuesta por 243 pacientes: 135 varones (55,6%) y 108 mujeres (44,4%). El rango de edad fue de 8 a 18 años, con una media de 13,1 + 2,8 años.

Las tablas I a III muestran los coeficientes de correlación de Pearson y la significación estadística entre las subescalas del TAMAI y las variables «probable caso psiquiátrico», «ansiedad estado», «ansiedad rasgo» y «sintomatología depresiva». Cada una de las tablas se corresponde a los resultados según los tres grupos de edad (niveles I, II y III) determinados por el TAMAI.

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